La dentición decidua, conocida también como
dentición de leche, dentición infantil o dentición primaria, es el primer juego
de dientes que aparecen durante la ontogenia de humanos.
Se desarrollan durante el periodo embrionario y se
hacen visibles (erupción dentaria) en la boca durante la infancia.
Son generalmente sustituidos, tras su caída, por
dientes permanentes, aunque, en ausencia de ésta, pueden conservarse y mantener
su función algunos años.
En todos los mafimeros, salvo algunas excepciones,
se recambian solo incisivos, caninos y premolares, apareciendo los molares ya
como parte de la serie dentaria definitiva.
A esto último se lo denomina Hemifiodoncia.
La dentición temporal, primaria, decidua o de leche
comienza a erupcionar hacia los 6-8 meses y finaliza hacia los 30-36 meses.
Esta dentición permanecerá en boca de forma
exclusiva hasta los 6 años de edad, fecha en que empieza el periodo de
Dentición mixta durante el cual coinciden en boca dientes temporales y
definitivos a la vez.
Es importante tranquilizar a los padres sobre las
variaciones en la edad de erupción de los dientes temporales.
Se considera como normal que la dentición temporal
haya finalizado su proceso eruptivo a los 3 años de edad. Si el retraso es
superior a 6 meses podría ser motivo de consulta con el Odontopediatra.
No obstante un retraso en la erupción de la
dentición temporal suele ir asociado a un retraso aún mayor en la erupción de
la dentición definitiva.
Se debe concienciar a la población de la importancia
de la dentición temporal y de la repercusión que éstos tienen en la futura
salud dental y correcta oclusión del adulto.
Recordemos que la dentición temporal consta de 20
dientes, diez en cada arcada (o lo que es lo mismo 5 en cada cuadrante).
Tenemos 2 incisivos centrales superiores e inferiores, 2 incisivos laterales
superiores e inferiores, 2 caninos superiores e inferiores, 2 primeros molares
temporales superiores e inferiores y 2 segunSíntomas
El proceso de dentición es sintomático y en muchas
ocasiones es doloroso y molesto. Se pueden presentar los siguientes síntomas,
aunque no todos tienen que aparecer:
- Dedos y puños a la boca con mucha frecuencia, con un deseo
irrefrenable de morder para presionar las encías.
- Babeo más abundante de lo habitual, producido por la estimulación
de saliva que produce la dentición.
- Irritabilidad inusual debido al dolor de las encías.
- Disminución del apetito por el aumento del dolor que produce la
succión.
- Fiebre baja a causa de la inflamación.
Alivio de los síntomas en el bebé
Existen distintas medidas para aliviar el malestar
del bebé durante la aparición de los dientes:
- Mordedores: juguetes con un líquido dentro que se mete al
refrigerador. Cuando el niño los muerde siente
mucho alivio.
- Frotar la encía suavemente con un dedo previamente metido en agua
fría.
- Alimentos y líquidos fríos.
- Analgésicos y antinflamatorios.
- Gel frío de encías.
- Acompañamiento: el cariño conforta al bebé.
Es importante destacar que los dientes temporales
son más pequeños, más achatados y más blancos que los dientes definitivos (es
una de los motivos más frecuentes de consulta de padres preocupados).
Los dientes temporales no sólo cumplen una función
masticatoria, sino también estética (influye en el desarrollo correcto de la
autoestima del niño) y fonética (la correcta pronunciación de algunos fonemas
puede alterarse en caso de alteración de dientes temporales).
Tengamos en cuenta que la caries infantil puede ser
causa de aparición de dolor en el niño (en la mayoría de veces pasa desapercibido).
Asimismo un proceso infeccioso de larga evolución en
un diente temporal puede llegar a afectar el germen del diente definitivo.
Es importante la corrección de los malos hábitos a
esta edad.
La succión del pulgar, tan frecuente en el lactante,
es una de las principales causas de maloclusión tributaria de tratamiento
ortodóntico unos años más tarde.
El uso del chupete también debería erradicarse al
finalizar el primer año de vida.
Es importante enfatizar que impregnar el chupete en
miel, azúcar o leche condensada para tranquilizar al lactante es otro de los
hábitos más nocivos y de peores consecuencias cariogénicas a esa edad.
Se debe fomentar el cepillado dental en esta etapa.
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